lunes, 21 de junio de 2010

El tilonorrinco de Nueva Guinea (Bowerbird: Ptilonorhynchus violaceus)



"El "Tilonorrinco" (Bowerbird)macho de Nueva Guinea es el único ejemplo de una adaptación animal que se aproxima a la creación artística humana. Su comportamiento podría considerarse, desde una mirada humana, artístico:
Su nido emparrado, que puede medir dos metros de alto o incluso más, está decorado con gran esmero, tanto en el interior como en el exterior. En el suelo y en las paredes interiores, el ave dispone de bellotas, hojas, varias flores, bayas, plumas brillantes de otros pájaros, cascarones iridiscentes de escarabajos y, si entra dentro de sus posibilidades, incorpora desechos humanos a su nido: restos de paquetes de cigarrillos, tapones de botella, papel de aluminio u hojas de revistas.
Cuando todo está dispuesto, abre su nido emparrado al crítico más exigente: la tilonorrinco hembra. Sólo cuando la decoración de la "casa" satisface sus baremos de calidad, ésta le otorga al creador de esa obra el derecho de aparearse con él.
Lo verdaderamente extraordinario de esta clase de ave es que un sexo crea un objeto decorativo, abierto a la imaginación, y el sexo opuesto lo contempla con ojos críticos... La otra especie animal que realiza algo parecido a lo que hace el tilonorrinco... es la nuestra!!!
El deseo de impresionar a un individuo del sexo opuesto (para emparejarse con él) con muestras de creatividad artística o exhibiendo la propiedad de objetos curiosos dispuestos con cierto gusto, no nos es desconocido: ("¿Te gustaría venir a casa para ver mis libros, pinturas, adornos, muebles...?).
Pero mientras esbozamos una sonrisa será mejor que no nos olvidemos de las diferencias. El tilonorrinco no se muestra interesado por su creación cuando ésta ya ha cumplido su objetivo. Los nidos se construyen para satisfacer el juicio crítico de la hembra con una única finalidad. No forman parte de una cultura artística que deba conservarse, debatirse y apreciarse más allá del ámbito del apareamiento. En efecto, los nidos emparrados de Nueva Guinea son productos evolutivos que nos recuerdan a las torres Watts de Simon Rodia o a la Sagrada Familia de Antonio Gaudí en Barcelona. Pero estos logros arquitectónicos son diferentes en lo esencial, ya que parten del contexto de la cultura humana y la identidad sobre uno mismo". ("El instinto del arte" de Denis Dutton.

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